jueves, 10 de noviembre de 2011

Conclusion

Ciertamente el Mito de Prometeo es una profecía; pero no se refiere a ninguno de los salvadores cíclicos que periódicamente han aparecido en varios países y entre varias naciones, en sus condiciones transitorias de evolución.

Indica el último de los misterios de transformaciones cíclicas, en cuyas series la humanidad, habiendo pasado del estado etéreo al estado físico sólido, de la procreación espiritual a la fisiológica, es ahora acarreado hacia adelante en el arco opuesto del ciclo, hacia esa segunda fase de su estado primitivo, cuando la mujer no conocía a ningún hombre, y la progenie humana era creada, no engendrada.


Ese estado regresará a ella y al mundo en general, cuando este último descubra y realmente aprecie las verdades que están en la base de este vasto problema del sexo. Va a ser como la luz que nunca brilló en el mar o en la tierra y tiene que llegarle al hombre en su momento… Esa luz le enseñará el camino y le conducirán a la intuición espiritual verdadera.”


No hay comentarios:

Publicar un comentario